
Tiempo de ocio que no de ociosidad. Pasaran unos días para seguir con esto.
Entre tanto recordaré como las piernas flojeaban y las yemas de los dedos perdían adherencia en la roca... Inspirar dos, tres, cuatro veces y un paso más.
Hay que llegar.
O el sudor te escuece en los ojos o el gélido ambiente te llena de cristales la cara.
Hay que llegar.
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